De acuerdo a información del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), la mayor parte de los 2,1 millones de toneladas de petróleo que se derraman en el mar cada año no son detectadas. La falta de conciencia se debe principalmente a las limitaciones de las tecnologías empleadas hasta ahora para estudiar áreas del océano y detectar derrames de petróleo con suficiente precisión y confiabilidad. Este hecho reviste un especial interés general en los enclaves portuarios debido a la alta concentración de tráfico marítimo, a la actividad de terminales petroleras e instalaciones de transferencia de hidrocarburos que operan en ellos y a los servicios de bunkering prestados a los buques. En ese sentido, resulta necesario contar con medios apropiados que permitan obtener alertas tempranas de estos incidentes y poder minimizar el impacto de estos sobre el medio ambiente, la sociedad y la economía.

El objetivo es desarrollar una herramienta inteligente para la detección temprana de derrames de hidrocarburos en la superficie del mar, su caracterización, la investigación de los posibles buques que pudieran ser causantes de tales incidentes de contaminación, pero también para la detección del vertido de aguas fecales en el entorno portuario.